lunes, 27 de julio de 2009

El asesinato de Cheryl Sweetie
Soy el asesino.
Apaga la luz, y recostada sentirás el vaho que emerge de mi boca;
enciende la luz y desapareceré cual onda en un estanque.
Ignórame,y mi sobrio canto retumbará en tus oídos hasta conducirte a la locura.
Tus pies se congelan al percibir un brillo en la oscuridad.
Debe ser mi soledad, dices tú;
sin embargo, te ocultas- a ti misma- la verdad.
Sé que conoces aquel destello metálico, es un reloj que avanza
y mientras escuchas sus manecillas sientes que el tiempo te va sepultando.
Es la densa bruma la que te aterroriza,porque no te deja ver mi verdadera forma.
Es horrible no saber a que se enfrenta uno, ¿Verdad?
Pero si me apreciaras realmente preferirías la agazapada bruma del Ártico, el misterio, a enfrentar mi gabán multifacético

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