lunes, 27 de julio de 2009

Ciclo Oquendo

Luces prosaicas que recorren el sendero de la madurez





Amplitud de conocimientos Carrera profesional


competitividad $ $ $ $ $ ¡Falta, carencia típica!

(FRACASO)



Castigo condescendiente Decepción amorosa



Solución:


-Despertar

2 comentarios:

  1. Lo que muchos sin quererlo terminan viviendo. Y, lamentablemente, nadie puede despertarlos después.

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  2. Despertar es tomar conciencia de lo absurdo del entramado social de las obligaciones, los roles y las entelequias de la coerción. Pero más allá de cualquier teorización empedernida, despertar es actuar en subversión, permitiendo que la belleza florezca a nuestro alrededor, en el preciso instante en que uno toma conciencia de que está respirando.

    Las pequeñas y cotidianas insurrecciones que conciben la insolencia divertida que planteamos, obedecen a una sola ley: aniquilar al policía llevamos dentro.

    La estrategia consiste en posicionarse lúcida y lúdicamente desde la inmediatez de nuestro propio yo (Quizá nuestro único espacio verdadero de lucha):

    "Destruir la voz autoritaria que se halla instalada dentro de "mí", porque así puedo tomar conciencia no sólo del horror del sistema sino de los horrores que reproduzco en mi vida aún criticando al propio sistema".

    Ante la frustración, la monotonía y la enajenación social, ante la alienación mutiladora, ante la ceguera producida en los propios laberintos que nos forjamos, podemos decir que nuestra insolencia debe ser decididamente divertida, exuberante e incluso, por qué no, terapéutica.

    La estrategia consiste en vivir de un modo realmente distinto, al margen de las vidas sintéticas que nos deparan las entidades del dinero, los supermercados, los alumnódromos, la tecnocracia y sus publicistas. Pero más allá de reificar las propias aspiraciones revolucionarias, este vivir genuino, implica perforar el velo del "sentido común" y hacerlo lucir como lo que es: esa tela podrida, esa bambalina deleznable que se interpone entre la vida fértil y creativa que deseamos y nuestra propia piel.

    La estrategia consiste en destruir para crear. Las reformas no nos complacen, esa clase de metamorfosis es un mero maquillaje para el mismo rostro vetusto. Destruir para crear. Desde nuestras propias cenizas levantar la nueva humanidad, la nueva persona.

    Un leve y coqueto arcoiris pastando sobre las ruinas de una ciudad tecnicolor, es más bello que millones de seres golpeándose para que dicha ciudad siga encendiendo las luces de sus negocios, activando sus máquinas, asfaltando la necedad y la compulsión.

    Es preciso dinamitar el tedio existente dentro de nosotros que nos programa como ciudadanos útiles al capitalismo, funcionales a la muerte y a la dominación, como seres cargados de prejuicios colectivos, como tiranos de nuestras propias casas, como seres competitivos. Despertar no es sólo sentarse a desear la destrucción de esta realidad, "despertar" signfifica, imperiosamente, vivir en poesía.

    Amor y Anarquía para todos.


    José Cemí

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